En el mundo del comercio electrónico encontramos dos figuras que presentan una cierta semejanza, aunque desde un punto de vista conceptual, su distinción es bastante sencilla: la
tienda virtual y el
marketplace.
Desde la perspectiva del consumidor, la diferencia puede no ser tan obvia, en cambio para el empresario su distinción si es relevante, más por las implicaciones que puede tener para su negocio que por el aspecto que pueda presentar para sus clientes y potenciales clientes.
Una
tienda virtual genera negocio revendiendo los productos que previamente compra, mientras que el
marketplace lo genera por las comisiones sobre las ventas de los productos que las tiendas ofrecen en este. La clave en ambos negocios es generar volumen suficiente de ventas de forma que permita obtener beneficios por encima de los gastos fijos y por tanto generar beneficios.
La
tienda virtual sigue el modelo de negocio del tendero de toda la vida, por el contrario, el
marketplace se inspira en el modelo de centro comercial o mercado tradicional aunque con una notable diferencia: en el mundo virtual se generan los ingresos principalmente mediante comisiones por la venta conseguida, mientras que en el mundo tradicional los ingresos proceden del alquiler del espacio.
La principal diferencia estriba en el hecho de que la
tienda virtual controla su oferta mientras que el
marketplace ha de convencer a los comerciantes de las tiendas de que resulta interesante y rentable vender sus productos a través del
marketplace, y que permite llegar a clientes que, de otro modo, serian inaccesibles o más difíciles de captar.
Otro de los aspectos que diferencian la
tienda virtual del
marketplace es que para vender a través de la segunda no se requiere disponer de una página
web propia, ni de conocimientos en el diseño
web. Además, gracias a los
marketplaces es posible llegar a mercados internacionales sin necesidad de realizar inversiones y, todo ello, de una manera fácil y sencilla.
Si el
merchant (titular de la tienda que vende a través del
marketplace) no obtiene una serie de ventajas, no le compensará poner a la venta sus productos o servicios en este mercado, por ello conviene resaltar algunas en las cuales se fijarán a la hora de decidirse por este modelo de negocio:
- Posibilidad de acceder a una base de datos de compradores habituales.
- Beneficiarse de herramientas tecnológicas que permiten segmentar y llegar a clientes potencialmente más relevantes.
- Acceder a los clientes que capta el marketplace en sus diferentes campañas publicitarias.
- Acceder a otros mercados.
- Utilizar un sistema de confianza basado en la experiencia previa de otros consumidores que evalúan al vendedor sin posibilidad de manipulación.
En cualquier caso, debe existir un par de fuerzas equilibradas que permitan mantener una armonía de funcionamiento: unos comerciantes que permitan atender a la oferta y unos clientes que cubran la demanda. Si un exceso de vendedores del
Market no consiguen vender los productos, pueden llegar a desistir abandonándolo, y por el contrario, si una buena campaña de marketing consigue atraer a muchos compradores y éstos no encuentran una oferta atractiva, no sólo no comprarán, sino que puede que no vuelvan en un futuro.
En cuanto a la operativa, también presenta algunas características que diferencian un modelo de otro.
Normalmente, en el
marketplace, el que cobra al cliente es éste y posteriormente liquida al
merchant, al que le deducirá su comisión, por tanto si se vende el producto se paga comisión, si no se vende producto no se paga. En cambio, en cuanto a la facturación, ésta la realiza el vendedor, ya que si facturase el mercado virtual, cambiaría el modelo de negocio puesto que éste tendría que comprar previamente el producto al vendedor. En cuanto a los costes de logística y transporte, habitualmente corren por cuenta del vendedor. Por último, la atención al cliente, suele compartirse, ya que, aunque en una primera instancia la ofrece el
marketplace, en la mayoría de los casos termina derivándose al
merchant que es, además, quien tiene en su mano el poder resolver la incidencia.
De acuerdo con lo expuesto, podemos concluir que el
marketplace lo que hace es poner el 'espacio', la infraestructura tecnológica y llenarlo de clientes, mientras que la
tienda virtual pone, además, el producto y aporta las tareas necesarias para gestionar y entregar el pedido (compras, almacenamiento, transporte, pedidos, cobros, atención al cliente, etc.)
Entre los
marketplace más conocidos se encuentran: Amazon, eBay, Alibaba, Yoox, etc.
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